viernes, 3 de diciembre de 2010

Las consecuencias del agua sobre el plan de depuración de aguas residuales


Hablar de agua en Aragón tiene siempre una tensión propia, un significado vinculado también a la política. La Comunidad, que se ha mostrado y se muestra exigente en la defensa de sus derechos sobre el agua que discurre por su territorio, ha de asumir también sus obligaciones. Esta condición se extiende a todos los aspectos de su gestión. Cuidar el agua es también cuidar las razones de Aragón en el debate. Y ese compromiso pasa también por el adecuado saneamiento de las aguas.

De esta forma, Aragón se ha puesto en cabeza en el plan de depuración de aguas residuales. Una exigencia que viene marcada por una directiva europea de 1991 y que llevó al Gobierno aragonés a establecer un plan para aquellos municipios de más de 1.000 habitantes (o con vertidos equivalentes): en total, 171 núcleos habitados en un plazo de cuatro años. Un proyecto más ambicioso de lo que requería la UE, que lo circunscribía a aquellos municipios de más de 2.000 habitantes. Este plan especial es la mayor actuación medioambiental de la historia de Aragón, un hecho sin precedentes en España y, según fuentes de la DGA, probablemente en Europa.

Esta obra tenía dificultades objetivas, tanto por la dispersión geográfica de la población aragonesa como por las frecuentes dificultades orográficas del terreno. Hubo que hacer de la necesidad virtud e idear fórmulas novedosas para afrontar un proyecto de gran envergadura. Así surgió la cooperación público-privada en la construcción y explotación de infraestructuras de depuración, que establecía posteriores concesiones administrativas por un periodo de 20 años. Este modelo se ha ido aplicando luego a otros ámbitos de la Administración.

Fuente:
Heraldo.es

Si quieres saber más detalles sobre el plan de depuración de aguas residuales, puedes seguir leyendo el artículo completo en Los motivos del agua sobre el plan de depuración de aguas residuales